domingo, 16 de diciembre de 2018

QUE PENSEMOS DESPACIO, QUERAMOS DEPRISA Y CAMINEMOS CON LA FRENTE ALTA...

En esta vida hay momentos en los que tienes que dejar de pensar tanto y, simplemente, SENTIR.
A veces nos preocupamos en exceso por cosas que no dependen de nosotros, por decisiones que queremos tomar pero que todavía no están a nuestro alcance.
Y muchas veces nos empeñamos en buscarle explicación a cosas que, simplemente, no la tienen. Queremos clasificarlo todo, darle nombre, entenderlo para poder controlarlo o, al menos, para sentir que podemos hacerlo: esto es normal, esto no lo es, no puedes sentirte así tan pronto, no puedes haber dejado de sentir esto otro tan rápido...
Hay que dejarse de tantas pamplinas, de tantos peros, de tantas listas de pros y contras, de tanta sensatez cuando hablamos de sentimientos. Hay que dejar de sentir de puntillas, con miedo, con peros con "y sis...".
Lo que hay que hacer es preocuparse en cultivar una mente y un alma fuertes y sabias, capaces de ir a todo trapo por la vida y sanar correctamente cuando las cosas no salen como esperabas.
Porque cuando miro atrás, quiero hacerlo con la tranquilidad de haber obrado en base a lo que he sentido en absolutamente cada momento de mi vida. Y lo único de lo que alguna vez quiero arrepentirme, en todo caso, es de no hacerme más caso en ocasiones, de obviar mis instintos.
No quiero pasar por este mundo de puntillas, no quiero sentir que he vivido a medias, que he sentido a medias, no quiero que mis experiencias pasadas me dicten cómo tengo que comportarme en el futuro, quiero cometer muchísimos errores y muchísimos aciertos y aprender de todos ellos...
Quiero SENTIR, sin reservas.
 
By Pascal Campion
By Pascal Campion
 
 
 
Ya ha comenzado la cuenta atrás, se acabará.
No es que no me importe es que simplemente sé que lo hará.

¿De qué me serviría pensar que nunca sucedería?
Prefiero preparar una fiesta de despedida
por cada uno de aquellos días que fueron tan...

Rápidos, tan fáciles,
tan intrépidos, tan imbéciles...
Que se marcharán.

Invitaremos a todo el mundo en la vecindad
con las postales que nos sobraron de Navidad.

También a todos esos vecinos
a los que alguna vez nos pusimos a criticar.
Nos regalaron tantos momentos
de estar completamente de acuerdo, de estar en paz.

Plácidos, ingrávidos,
tan espléndidos, tan románticos.

Tan rápidos, tan fáciles,
tan intrépidos, tan imbéciles...
Que se marcharán.

Se marcharán.  

IZAL - DESPEDIDA