No se si podría considerarme feminista porque no comulgo con algunas de las ideas y, sobre todo, no me cuadran algunos
comportamientos que este movimiento sostiene, no creo en muchas de las
medidas políticas que se adoptan para fomentar la igualdad porque se
usan como herramienta para ganar votos y porque en algunas ocasiones lo
único que hacen es poner parches a un problema que, en mi opinión, debe
solucionarse desde la base.
No creo que las mujeres seamos o
tengamos que ser iguales que los hombres porque me parece estupendo que
seamos diferentes y tampoco creo en la "discriminación positiva" hacia
la mujer porque nunca me ha gustado que me regalen nada.
En mi
empresa actual me considero afortunada porque hasta ahora nunca se ha
hecho distinción conmigo por mi sexo pero sí he sufrido esa distinción
en mi antiguo trabajo, donde vi cómo el niño de prácticas se convertía
en mi jefe por el simple hecho de ser hombre, porque al parecer no había
suficientes mujeres con muchísima más valía y más años de experiencia
para ocupar ese puesto (nótese el tono irónico).
Como mujer, me
siento en el deber de secundar la huelga hoy. Y no por ello voy a dejar
de ordenar mi casa si me apetece hacerlo, o de preparar y adelantar
trabajo para la semana que viene, porque de lo que se trata es de poder
ELEGIR.
Creo que hombres y mujeres deberíamos tener las mismas
opciones, los mismos derechos y oportunidades y también (que a veces se
nos olvida) los mismos deberes porque, al fin y al cabo, todos somos
PERSONAS. Y estoy convencida de que importa bien poco que empecemos a
decir dentistos y dentistas porque el problema es que nos falta
EDUCACIÓN: educación en los valores fundamentales, en el respeto hacia
el prójimo, en la empatía, en la aceptación.
Ése, a mi entender, es
el verdadero problema y la falta de educación sólo se soluciona de una
forma: EDUCANDO y APRENDIENDO. No hoy, por ser 8 de Marzo, sino TODOS
LOS DÍAS.
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