Todo parece normal y yo trato de que lo sea pero en el fondo sé que la función no durará para siempre. En algún momento del día caerá el telón y me encontraré sola en el escenario, esperando que apaguen las luces para poder soltar todo lo que llevo dentro: una lágrima por cada cosa que podría ser y no será, una por cada día que pasa sin que las cosas cambien, por cada minuto de espera cruel e insoportable.
Entonces suena el teléfono y alguien me llama para que conteste. Pero no quiero hacerlo, no quiero tener que escuchar otra vez lo mismo o algo peor. Quiero que todo se acabe de una forma u otra y eso me hace sentir tan culpable...
Es horrible. Lloras por quien se va, temes por quien se queda y otro día termina sin que haya ocurrido NADA.
09-09-2007
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